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La teoría de la relatividad en la sociedad de la información

La teoría de la relatividad en la sociedad de la información

En 1905 un joven Albert Einstein, con 26 años, se encontraba realizando investigaciones sobre leyes físicas; el resultado fue la descripción de la teoría de la relatividad. Einstein trabajó hace cien años en soledad y su teoría no fue aceptada ni mucho menos de inmediato. La editorial Anagrama acaba de publicar, en su colección Crónicas, una excelente biografía del científico escrita por François De Closets: No digas a Dios lo que tiene que hacer.

Realmente estoy disfrutando mucho leyendo un libro sobre alguien tan lúcido escrito por alguien igualmente lúcido. El autor arranca las páginas de este con una declaración de principios que no tiene desperdicio:

La apuesta de este libro es aunar la novela de una vida y el rigor de una obra. La dificultad de este ejercicio ha consistido en no sacrificar el placer de la lectura en el altar de la exactitud científica. No habría podido llevarlo a cabo sin la garantía doble del sabio y del ignorante.

En internet las lecturas de textos largos, como es este artículo, se abandonan pronto si no se va al grano de ciertas cuestiones. Por ello abordaré, antes que nada, la mancha más negra que pesa sobre Einstein: El apoyo al desarrollo de la bomba nuclear.

Las explicaciones que a continuación voy dar son un mero resumen de la historia del papel de Einstein frente a la construcción de la bomba nuclear. Recomiendo a todos los que les queden dudas que se informen más ampliamente de este hecho histórico; es un tema muy manipulado.

Einstein y la bomba nuclear

En 1939 Einstein llega exiliado a los Estados Unidos. La guerra en Europa es inminente pero aún no ha comenzado. Científicos que también han huído de Alemania hallan los neutrones, lo cual deja abierta la posibilidad de destruir el núcleo del átomo y con él la posible construcción de una bomba nuclear.

Estos científicos, algunos de los cuales han estado hasta hace poco trabajando en Alemania, saben que las investigaciones sobre la destrucción del núcleo del átomo están muy avanzadas en ese país y esto puede acabar permitiendo a los nazis construir la bomba. Si los nazis se hacen con ella antes la guerra estará perdida. Calculan incluso que en 1944 Alemania podría disponer de una primera arma atómica. En Estados Unidos les agradecen las advertencias pero nadie parece hacerles mucho caso.

Por aquel entonces Einstein no tiene nada que ver con las investigaciones sobre la fisión del núcleo átomico, aunque su teoría de la relatividad ha abierto la puerta en este campo. Sin embargo, el prestigio de Einstein es la clave para que este explique a políticos y militares la gravedad del problema.

En 1939 a Einstein le llueven las peticiones de judíos para que interceda por ellos ante los Estados Unidos para emigrar a este país. Cuando es informado de la situación sobre la bomba se alarma y se presta a colaborar en una campaña informativa, escribe al Presidente Roosevelt y la investigación para lograr la bomba arranca en Estados Unidos.

Sin embargo, cuando Alemania es derrotada y Estados Unidos finalmente lanza la bomba sobre Japón Einstein y otros científicos se alarman. Empiezan una militancia contra el uso de las bombas nucleares. Pese a la derrota de los nazis crece el escepticismo en Einstein. Esto queda patente en su crítica a la construcción de un Israel enfrentado a los árabes, cree que después de todo lo que ha ocurrido no se ha entendido nada. Esto queda patente en su rechazo frontal a la invitación que se le hace para presidir el país.

El año de la física en la sociedad de la información

Como he dicho se cumplen cien años desde que Einstein enunció la Teoría de la Relatividad, la cual se sintetiza en su conocida fórmula: energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado. El mundo que hoy conmemora esta fórmula es un mundo marcado por las transmisiones masivas de información a través de toda suerte de sofisticados canales.

Creo que estas dos cosas, el estudio científico y la transmisión masiva de información son dos hechos interconectados. La sociedad de la información ha permitido a la ciencia, y al conocimiento en general, el intercambio de datos que ayudan a apuntalar el estudio de las causas de cualquier objeto del conocimiento.

Sin embargo, esto es mera teoría. Si vamos al laboratorio más potente que existe, la vida, encontramos que dentro de esta sociedad de la información ha crecido descomunalmente lo que puede llamarse la sociedad de la persuasión; cuyo resultado es a su vez una sociedad marcada por el entretenimiento.

Al hablar de entretenimiento me refiero no sólo a la acepción lúdica del término sino también a su significado en lo que respecta a la dispersión intelectual y emocional. Son muchos hoy, esta bitácora es prueba de ello, los que deseamos comunicar, hablar, expresarnos. Este hecho a priori positivo e imprescindible para el desarrollo personal tiene otra cara bastante menos amable.

Lo siniestro de la sociedad hipercomunicada viene dado porque la lucidez intelectual y emocional, la concentración, que es básica para describir la teoría de la relatividad, realizar un buen dibujo, escribir un poema, o construir un buen trabajo de carpintería se esfuma. Dicho de forma más sintética: La sobrecarga de información genera anomia social.

Sin rodeos y hablando dura y claramente: La publicidad y la propaganda no son otra cosa que técnicas para mentir de la peor de las maneras posibles, narrándonos verdades a medias. Esto, claro, no es nuevo. Toda la historia ha estado marcada por la comunicación de mentiras evidentes y verdades a medias. Sin embargo, hay algo que si me parece nuevo de estos tiempos.

Hoy, la comunicación, un proceso que no puede ser objetivo pero si honesto, cada vez está marcado por técnicas cada vez más infames. El problema es que estas, por la naturaleza invasiva de los nuevos canales informativos, han terminado produciendo un efecto reflejo en muchos receptores. Estos acaban inercialmente comunicándose en su vida cotidiana mediante la imitación de las técnicas persuasivas con las que son bombardeados.

El problema de que la comunicación persuasiva marque la forma de comunicarse de los sujetos es que una serie de cualidades quedan anuladas. En síntesis, el sujeto que se expresa persuasivamente tiende a concentrar sus esfuerzos en parecer frente a ser; y lo más peligroso de todo es que acabe creyéndose el papel que se ha creado.

Tras todo este rodeo vuelvo a Einstein. Si hay algo importante en Einstein como referente humano es probablemente su actitud vital por ser y no por parecer. Siendo rotundo otra vez: Einstein no finje, Einstein hace. Einstein me parece un referente importante del trabajo paciente y sin atajos, algo que en absoluto está limitado al trabajo intelectual sino que se da en muchas parcelas de la vida.

El diagrama Lasswell-Nixon y la cara oscura de la sociedad de la información

Antes he dicho que no se puede comunicar de forma objetiva, esto evidentemente es debido a la naturaleza subjetiva del hombre. Sin embargo, si podemos comunicarnos de forma honesta; y creo que el sentido común ha de bastar para entender que es honesto sin hacer demasiadas acrobacias teóricas sobre la moral. Puntualizo también que entiendo aquí comunicación como algo muy amplio. Algo que abarca desde la comunicación interpersonal cotidiana hasta la expresión artística; pasando por la comunicación científica.

En todas estas formas de comunicación puede actuarse de forma honesta o no. El esquema de comunicación de Lasswell-Nixon dice así (entre paréntesis las aportaciones de Nixon al esquema de Lassewell):

QUIEN DICE (con qué intenciones) > QUE > POR QUE > PARA QUIEN > CON QUE EEFECTOS (bajo que condiciones)

La clave del esquema, en lo que se refiere al presente artículo, está en la aportación de Nixon de las intenciones sobre las que alguien comunica: QUIEN DICE(con qué intenciones). En este texto se han hecho varias referencias a la lucidez y creo que la clave para ser un receptor y un emisor lúcido y honesto de información es tener claro el contenido de este diagrama y, en concreto, concentrarnos en las intenciones del emisor de la información.

La construcción de un proyecto vital y de toda creación, como por ejemplo pueden ser las investigaciones científicas de Einstein, pasa en mi opinión por reflexionar sobre el acto de comunicar. Su comprensión asegura la solidez, la concentración, y nos aleja de los falsos atajos. Por otra parte no creo que esto sea un sacrificio, más bien es todo lo contrario: una liberación.

Hoy la ciencia en gran medida está marcada por el desarrollo tecnológico (lo que se conoce por I+D). Se investiga cuando tras un estudio existe la posibilidad de explotar comercial o propagandísticamente algo. Por ello me parece importante la apuesta de Einstein de investigar en soledad una teoría científica que en su día no tenía aplicaciones prácticas.

La teoría de la relatividad no se realizó con el incentivo de obtener una patente, esta investigación cambió sencillamente una gran parte de las teorías científicas y del conocimiento humano en general (ciertas áreas de la filosofía tuvieron que responder de inmediato a las investigaciones de Einstein).

Rompiendo el muro persuasivo

Volviendo al libro deseo citar un ejemplo de alguien cuyo pensamiento fue libre por lúcido. Szilard, un judío colaborador de Einstein, huyó azarosamente de Alemania en 1933; justo el día anterior en el que los nazis impidieron salir del país a los judíos. Tuvo que marchar a Londres y él fue el que alertó personalmente a Enstein de las posibilidades de que los nazis se hicieran con la bomba. Este judío errante contó una anécdota que sintetiza bastante como la libertad se encuentra en la mente más allá de la influencia de las circunstancias:

…Me detuve ante un semáforo en rojo en la intersección de Southampton Row. Mientras esperaba la luz verde, de pronto vi con claridad que si se encontraba un elemento que fuera quebrado por neutrones y que pudiera emitir dos neutrones mientras absorbe uno, entonces ese elemento, si con él se reúne una masa importante podría producir una reacción en cadena.

Me parece importante manejar de esta forma el potencial intelectual. Ir más allá de las barreras de las circunstancias, del influjo de las convulsiones de una época casi apocalíptica, y salvaguardar como el más preciado de los bienes la lucidez intelectual.

A continuación vuelco dos enlaces a páginas que permiten comprender, con algo de paciencia, a alguien como yo, que no se nada de ciencias físicas, la teoría de la relatividad.


La teoría de la relatividad en imágenes
La teoría de la relatividad en la enciclopedia libre Wikipedia

4 comentarios

José Tejada Maury -

Le sugiero visitar www.jotema044.blogspot.com. y leer los artículos:EINSTEIN FRENTE A LA HISTORIA, LA RELATIVIDAD Y LA IRRACIONALIDAD.
cordialmente:
José Tejada

El Especialista -

El trabajo de quien "es" tiende a perdurar, aunque esto no tiene porque significar que se conozca, el que "persuade" sólo puede lograr objetivos a corto o medio plazo.

Un ejemplo claro. Goebbels ha sido uno de los sujetos que mejor ha manejado jamás la comunicación, la propaganda. Sin él posiblemente el Tercer Reich no hubiese sido posible y sin embargo el Reich, que se decía milenario, cayó en menos de quince años.

Kafka en "El Proceso" hace decir a Josep K: La mentira se erige como orden del mundo. En la novela de Orwell 1984 también existe el mal absoluto: la habitación 101.

Creo que ambos casos son antiutopías, tan erróneas, por imposibles, como las utopías.

Por otra parte, hay que apuntar lejos para acertar en el objetivo (esto lo dijo Maquiavelo).

Espero que me entiendas y gracias por expresar tu opinión ante un texto tan abstracto.

Anónimo -

"...el sujeto que se expresa persuasivamente tiende a concentrar sus esfuerzos en parecer frente a ser; y lo más peligroso de todo es que acabe creyéndose el papel que
se ha creado)"
quizás por eso quien es convence y quien parece persuade?

el anónimo soy yo -

emilio