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El Especialista .Desde marzo de 2004.

Ni Dios ni Marx en la Catedral de Barcelona

Ni Dios ni Marx en la Catedral de Barcelona Hoy leo en El Mundo una conversación a tres bandas en pleno desalojo de la Catedral de Barcelona. La protagonizan un inmigrante que se niega a salir, un policía, y un miembro de la Asamblea por la Regularización sin Condiciones. Voy a contarla como un chiste, la pena es que sea un chiste sin gracia porque es de un humor más negro que la pez.

Van el policía y el miembro de la organización esa y piden al inmigrante que salga de la iglesia. El policía dice que el Obispo ha pedido que salgan y que como ese sitio es del obispo, no de Dios por lo que se ve, es lógico que se vayan de allí. No obstante, el inmigrante parece más indignado con el de la plataforma que con el policía; le dice una verdad más gorda que el templo en el que están. El inmigrante interroga al de la plataforma sobre como puede venir ahora diciéndole que se vaya cuando los de esa plataforma han sido los que le ha instado a encerrarse. El tipo de la plataforma responde que él si está allí es “libremente”, que nadie le ha forzado. Creo que decirle a alguien como ese hombre que está encerrado allí por algo remotamente similar a la libertad es un insulto y de los buenos. Esta conversación resume bastante bien lo que ocurre con la izquierda hoy, cada vez más cercana al despotismo ilustrado.

En ese mismo periódico leía también un toque de atención a las conmemoraciones del aniversario del día D. En ellas no se ha hecho referencia a los españoles que estuvieron en el desembarco de Normandia. Aquellos españoles antifascistas fueron de los primeros en desembarcar, enfrentándose a los nazis en lo peor de la batalla. Es increíble como han terminado las cosas. Antes se desembarcaba en Normandía y hoy se monta un encierro para luego pedir a los que has encerrado que se vayan por que lo manda el obispo. No digo yo que haya que ponerse a quemar iglesias, Dios me libre, pero esto es una burla.

En el presente las izquierdas si hacen algo en la práctica lo hacen con miedo y a base de descafeinarse, léase PSOE y compañía, y los otros, la superizquierda, se dedican a pegarse aburridísimos tiros ideológicos. Mientras tanto, la banca, sin complejos, amenaza con destruir el poco estado del bienestar que queda.

La superizquierda, léase todo lo que está en la orilla izquierda del PSOE, apenas es hoy operativa a base de intelectualizarse hasta lo bochornoso. Hay por ahí algunos que dicen que la izquierda no existe y el movimiento obrero tampoco. Yo creo que la izquierda sí que existe pero se ha convertido en una especie de movimiento cultural, donde hay mucho de pasatiempo y de desahogo. Los obreros existen, lo que quizá no existe tanto es el “movimiento”. A mi juicio lo que ha pasado es que el movimiento obrero se ha cansado de que le digan lo que tiene que hacer gente como los de la plataforma esa. Gente que juega los sábados por la tarde a convocar una manifestación animando a los inmigrantes a encerrarse en una catedral y luego pedirles que salgan civilizadamente. ¿Qué esperan? ¿Que luego esta gente les sonría?

La verdad de todo esto, y no hay más, es que algunos de los inmigrantes que se encerraron esa noche, precisamente por estar en ese sitio, estaban bajo techo y los de la superizquierda estuviesen allí o no daba igual; el techo lo tenían asegurado. Pues eso: proletarios de todos los países uníos porque no tenéis nada que perder y tenéis un mundo por ganar. ¿Quien tenía algo que perder y quien tenía algo por ganar esa noche?

P.D. El que esto escribe ni está desilusionado ni ha dejado de creer en la política, por eso escribe esto.

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