La dictadura del secreto
Leo en kriptópolis una lista de recomendaciones para mantener protegido un PC doméstico que me parece demencial. En esta época en la que tanto abundan vallas con espesa vegetación en las urbanizaciones, guardias jurados en cualquier estúpido rincón, cámaras de todo tipo por todas partes (Telefónica incluso promociona ya en televisión servicios de videovigilancia), alarmas, antivirus, alambradas, rádares, y demás parece que nadie se ha dado cuenta de algo tremendamente básico: ¿Porque en vez de ocultar no mostramos?
Nos sobrecoge pensar que cualquier organización o individuo puede estar acechándonos. Por supuesto, la precaución es legítima pero sólo hasta cierto punto. Me explico. proteger la privacidad es importante pero ¿cuanto de importante? ¿No será que este juego de espías que espían a espías es propiciado precisamente por el temor a hablar, a mostrar? No decimos cuanto cobramos, no queremos hablar de nuestros sentimientos, nos estremece hablar de política con otros que no opinan como nosotros...
Por ejemplo, es bastante importante proteger la sexualidad de las personas pero parte de este problema viene dado precisamente por la condena social que pesa sobre la sexualidad de tantos y tantos. Entiendo el temor que produce revelar pero precisamente esa es la rebelión que queda por hacer: La de poner las cartas boca arriba sobre la mesa.
¿Porqué caer en un juego de ocultación infinito que en verdad lo único que favorece es el orden establecido? Por ello, creo que la clave puede estar en proteger, sí, pero también en mostrar mucho más de lo que estamos mostrando para que destrozar la industria del espionaje, acabar con la dictadura del secreto.
El miedo a la libertad. Erich Fromm.
0 comentarios