Ángeles en la plaza de los Ángeles
Yo escribo cosas como esta.
Don quijote se murió cuando recuperó la cordura y yo no se como mantener mi locura. No pararán hasta que el libro termine con extractos de bancos, firmas en el supermercado, y una esquela mortuoria de esas que hacen ahora con el word. ¿Te vienes al cine? Lanzo la pregunta al aire porque después de mí no hay nada y eso es terrible. Soy una especie de dios estéril porque he creado un universo que está vacío, puro éter. Eso sí soy Peter Parker y Spiderman ¿Con cual te quedas? ¿Con ninguno? Venga, piénsatelo mujer.
Dormimos como podemos, con ruidos, semidesnudos, desnudos, apiñados, en colchones, en cojines la luz entra y yo me despierto como los pájaros de la plaza de los Ángeles. Me gustaría volar como ellos y, sin embargo ¿Quién me lo impide? Cualquier día de estos me saco de la manga una plantilla de Las Meninas y ya verás. Me despierto feliz, eso es muy importante, casi siempre me despierto feliz. Cojo la cámara, como Peter Parker, pero en realidad, cuando la cojo, soy Spiderman. Todos duermen aún: Nacho, Mary, Fernando, el portátil, y Ana. Las fotos salen ligeramente borrosas porque todos son ángeles. Son ángeles con debilidades, como el demonio, pero ángeles siempre.
Me meto en la ducha, con agua fría, soy el único; lo cual me parece inexplicable (por lo de fría). Supongo que por eso me nombraron Presidente. Yo escribí a Paco, sin falsa modestia, explicándole la ilusión que me hubiera hecho ser Ministro de Agricultura. Sin embargo, el mero hecho de escribir estas líneas explica mi cargo actual y, por otra parte, no está entre mis defectos el de ser un desagradecido. Me voy a la cafetería. Allí está ella, que guapa. Es inexplicable lo de esta chica; su buen humor es sobrenatural. Aunque la gente se crea que yo hablo bien no tienen ni idea; no se decir nada. Doy las declaraciones de amor como si fuesen un mitin. Me gustaría mucho decirle a esta chica que yo, que estoy tan serio y ojeroso, a esas horas estoy tan contento como ella y que probablemente hoy, según avance el día, estaré menos contento y me tendré que desnudar en plena calle delante de todos esos postcomunistas, literatos, nacionalistas, señoras con el pan de la noche, y butaneros polacos que estudiaron en Moscú. La clase alta está de vacaciones en la India, que para eso son catalanes.
Vuelvo al piso y ya hay actividad de platos. No me preguntan ni de donde vengo, les enseño las fotos; me paso de artista. Nacho se pone a lo suyo con el pegote de papeles, Mary marcha a alguna compra con Ana y los chicos. Yo me marcho a Monjuitc. En el autobús filmo un cuento de verano en Barcelona. Parezco Peter Parker pero, repito, con la cámara soy Spiderman. Voy a ver una exposición a la que fui el día anterior con Nacho y montamos un espectáculo en el vestíbulo de la entrada porque no nos daba la gana pagar siete euros por entrar. La exposición se llama el fracaso de la belleza; que título tan triste
Salgo con más cosas en la cabeza, por si eran pocas. Otro autobús y una llamada de Ana, que dice que si me tomo algo con ella por Tallers. Venga, ya voy. Me subo encima del autobús y lanzo telarañas hasta llegar a Tallers donde guardo el traje porque con Ana soy Parker. Barcelona es casi nuestra. El angelito portátil está mareado de montar en un columpio, y ella, con su cara seria está muy guapa. A lo mejor no le gusta que diga esto pero yo se lo digo a las que lo valen y a las que no, pues eso: me callo. Tengo hambre y calor, ducha y comida, parlamento y a la hora del te estamos en los toros.
Soy inofensivo pero me encantaría que me pidieses que te ofenda. Mira para que veas como soy: Si voy por un parque de noche y van dos niñitas delante acelero la marcha para ir yo delante y que ellas vayan más tranquilas. No tengo remedio, hacer todo eso para que luego llegue un cualquiera y se folle a los ángeles por un gramo de coca y una fantasmada sobre que hace carteles de no se que.
Telarañas, telarañas, telarañas me cruzo toda Barcelona. Podría llamar a Lu, a la que no conozco, pero no lo voy a hacer. No porque tenga novio y él vaya a la cita, que también, sino porque no tengo ganas de cordura. Lo mío son los molinos pero nadie me paga por darme hostias contra ellos. MJ, MJ, MJ Rescue me! Vaya, ha colado, me rescata. Salto sobre ella con el traje de Spiderman. Como los dos estamos como estamos, somos ángeles un poco endemoniados, hablamos del petróleo y de bicletas con libreros y también de chinos y de caballos, nos hacemos fotos espectaculares, y yo robo fotos de Dalí. Que bien, que buen tiempo, que guapa está la nena que aquí es la noia: ¡Que bonita es Barcelona!
Total, que llega la noche y destruye al día. MJ está desfallecida. Vamos a La Principal y recogemos a todo el carromato, Felipe se ha unido al circo (el otro día, en Gràcia, nos confundían con policías). Tiramos para la plaza de los Ángeles porque el angelito portátil, que tiene un monopatín portátil, quiere hacer skate portátil con los pájaros de la plaza. Fumamos, el angelito no para de mirar a los que creé que le miran. La verdad es que le miran con mucha simpatía. Lo que pasa es que la simpatía está bien pero así el portátil no va a aprender nada de Skate porque está más pendiente de los pájaros que del juguete. A estas alturas yo me quedo en calzoncillos lanzando así un pequeño mensaje hacia Cuenca: Eli ¿me ves? Sí Ramón, alto y claro, cambio y corto. Da igual, casi no provoco ni vergüenza entre los pájaros, esos ya han visto de todo ¡Menudo sitio en el que estamos! En el Macba, callado a nuestras espaldas, tienen dentro hasta una cama colgando de una pared. Eso sí, los pájaros se ocupan de ponerles en su sitio chantajeándoles pintura a cambio de blanco Malevich, que es muy distinto al blanco de España. Yo les filmo, es que me caen genial.
En Ciudad Real, en el parque que está frente a Eroski, cuando entras hay carteles que dicen que está prohibido montar en bici. Esa es la diferencia entre Ciudad Real, de donde provenimos yo y mi locura, y la cuerda Barcelona. Los únicos que no están cuerdos en esta ciudad son los catalanes que tenían de 25 a 35 años en los 70 y que ahora van por ahí con el pelo engrasado y con la cabeza agachada. ¿Los pájaros? Esos no están nada locos, lo que están es tristes. Se que cuesta creerlo, pero me parece que no me equivoco; me he fijado mucho en ellos.
La jornada termina en la terraza con la luz naranja del pasaje iluminando la maldad infantil del puticlub de enfrente. El otro día Nacho vio a un pez gordo entrar pero desde que se cargó la Nikon estamos como estamos. Fumando hablamos de las plagas de langostas en Sudán. Ana, ahora que el portátil duerme en pelotas y el silencio de la calle potencia su silencio de siempre, está preciosa con el camisón de flores de Mary. Yo no se cuando me acuesto pero creo que todavía, en silencio, lanzo una última tela de araña para subirme a una azotea y ver Barcelona dormir mientras la limpia BCNETA.
Don quijote se murió cuando recuperó la cordura y yo no se como mantener mi locura. No pararán hasta que el libro termine con extractos de bancos, firmas en el supermercado, y una esquela mortuoria de esas que hacen ahora con el word. ¿Te vienes al cine? Lanzo la pregunta al aire porque después de mí no hay nada y eso es terrible. Soy una especie de dios estéril porque he creado un universo que está vacío, puro éter. Eso sí soy Peter Parker y Spiderman ¿Con cual te quedas? ¿Con ninguno? Venga, piénsatelo mujer.
Dormimos como podemos, con ruidos, semidesnudos, desnudos, apiñados, en colchones, en cojines la luz entra y yo me despierto como los pájaros de la plaza de los Ángeles. Me gustaría volar como ellos y, sin embargo ¿Quién me lo impide? Cualquier día de estos me saco de la manga una plantilla de Las Meninas y ya verás. Me despierto feliz, eso es muy importante, casi siempre me despierto feliz. Cojo la cámara, como Peter Parker, pero en realidad, cuando la cojo, soy Spiderman. Todos duermen aún: Nacho, Mary, Fernando, el portátil, y Ana. Las fotos salen ligeramente borrosas porque todos son ángeles. Son ángeles con debilidades, como el demonio, pero ángeles siempre.
Me meto en la ducha, con agua fría, soy el único; lo cual me parece inexplicable (por lo de fría). Supongo que por eso me nombraron Presidente. Yo escribí a Paco, sin falsa modestia, explicándole la ilusión que me hubiera hecho ser Ministro de Agricultura. Sin embargo, el mero hecho de escribir estas líneas explica mi cargo actual y, por otra parte, no está entre mis defectos el de ser un desagradecido. Me voy a la cafetería. Allí está ella, que guapa. Es inexplicable lo de esta chica; su buen humor es sobrenatural. Aunque la gente se crea que yo hablo bien no tienen ni idea; no se decir nada. Doy las declaraciones de amor como si fuesen un mitin. Me gustaría mucho decirle a esta chica que yo, que estoy tan serio y ojeroso, a esas horas estoy tan contento como ella y que probablemente hoy, según avance el día, estaré menos contento y me tendré que desnudar en plena calle delante de todos esos postcomunistas, literatos, nacionalistas, señoras con el pan de la noche, y butaneros polacos que estudiaron en Moscú. La clase alta está de vacaciones en la India, que para eso son catalanes.
Vuelvo al piso y ya hay actividad de platos. No me preguntan ni de donde vengo, les enseño las fotos; me paso de artista. Nacho se pone a lo suyo con el pegote de papeles, Mary marcha a alguna compra con Ana y los chicos. Yo me marcho a Monjuitc. En el autobús filmo un cuento de verano en Barcelona. Parezco Peter Parker pero, repito, con la cámara soy Spiderman. Voy a ver una exposición a la que fui el día anterior con Nacho y montamos un espectáculo en el vestíbulo de la entrada porque no nos daba la gana pagar siete euros por entrar. La exposición se llama el fracaso de la belleza; que título tan triste
Salgo con más cosas en la cabeza, por si eran pocas. Otro autobús y una llamada de Ana, que dice que si me tomo algo con ella por Tallers. Venga, ya voy. Me subo encima del autobús y lanzo telarañas hasta llegar a Tallers donde guardo el traje porque con Ana soy Parker. Barcelona es casi nuestra. El angelito portátil está mareado de montar en un columpio, y ella, con su cara seria está muy guapa. A lo mejor no le gusta que diga esto pero yo se lo digo a las que lo valen y a las que no, pues eso: me callo. Tengo hambre y calor, ducha y comida, parlamento y a la hora del te estamos en los toros.
Soy inofensivo pero me encantaría que me pidieses que te ofenda. Mira para que veas como soy: Si voy por un parque de noche y van dos niñitas delante acelero la marcha para ir yo delante y que ellas vayan más tranquilas. No tengo remedio, hacer todo eso para que luego llegue un cualquiera y se folle a los ángeles por un gramo de coca y una fantasmada sobre que hace carteles de no se que.
Telarañas, telarañas, telarañas me cruzo toda Barcelona. Podría llamar a Lu, a la que no conozco, pero no lo voy a hacer. No porque tenga novio y él vaya a la cita, que también, sino porque no tengo ganas de cordura. Lo mío son los molinos pero nadie me paga por darme hostias contra ellos. MJ, MJ, MJ Rescue me! Vaya, ha colado, me rescata. Salto sobre ella con el traje de Spiderman. Como los dos estamos como estamos, somos ángeles un poco endemoniados, hablamos del petróleo y de bicletas con libreros y también de chinos y de caballos, nos hacemos fotos espectaculares, y yo robo fotos de Dalí. Que bien, que buen tiempo, que guapa está la nena que aquí es la noia: ¡Que bonita es Barcelona!
Total, que llega la noche y destruye al día. MJ está desfallecida. Vamos a La Principal y recogemos a todo el carromato, Felipe se ha unido al circo (el otro día, en Gràcia, nos confundían con policías). Tiramos para la plaza de los Ángeles porque el angelito portátil, que tiene un monopatín portátil, quiere hacer skate portátil con los pájaros de la plaza. Fumamos, el angelito no para de mirar a los que creé que le miran. La verdad es que le miran con mucha simpatía. Lo que pasa es que la simpatía está bien pero así el portátil no va a aprender nada de Skate porque está más pendiente de los pájaros que del juguete. A estas alturas yo me quedo en calzoncillos lanzando así un pequeño mensaje hacia Cuenca: Eli ¿me ves? Sí Ramón, alto y claro, cambio y corto. Da igual, casi no provoco ni vergüenza entre los pájaros, esos ya han visto de todo ¡Menudo sitio en el que estamos! En el Macba, callado a nuestras espaldas, tienen dentro hasta una cama colgando de una pared. Eso sí, los pájaros se ocupan de ponerles en su sitio chantajeándoles pintura a cambio de blanco Malevich, que es muy distinto al blanco de España. Yo les filmo, es que me caen genial.
En Ciudad Real, en el parque que está frente a Eroski, cuando entras hay carteles que dicen que está prohibido montar en bici. Esa es la diferencia entre Ciudad Real, de donde provenimos yo y mi locura, y la cuerda Barcelona. Los únicos que no están cuerdos en esta ciudad son los catalanes que tenían de 25 a 35 años en los 70 y que ahora van por ahí con el pelo engrasado y con la cabeza agachada. ¿Los pájaros? Esos no están nada locos, lo que están es tristes. Se que cuesta creerlo, pero me parece que no me equivoco; me he fijado mucho en ellos.
La jornada termina en la terraza con la luz naranja del pasaje iluminando la maldad infantil del puticlub de enfrente. El otro día Nacho vio a un pez gordo entrar pero desde que se cargó la Nikon estamos como estamos. Fumando hablamos de las plagas de langostas en Sudán. Ana, ahora que el portátil duerme en pelotas y el silencio de la calle potencia su silencio de siempre, está preciosa con el camisón de flores de Mary. Yo no se cuando me acuesto pero creo que todavía, en silencio, lanzo una última tela de araña para subirme a una azotea y ver Barcelona dormir mientras la limpia BCNETA.
1 comentario
Mj -
Un saludo, desde el Sur.